No es extraño poder sentirse grande en un sitio tan pequeño como este, pues es imponente en su altura, podría decirse que majestuoso, quizás sea éste enturbiado sentimiento, el que albergó el alma del conquistador con tan solo poner la vista en tierra. En medio de tanto silencio, florece la flora y la fauna por doquier, y es equívoco pensar en “soledad”, pues, al contrario de aquellos empeñados en rodearse de gigantes de cemento y ruidos ensordecedores,aquí cuerpo y alma se embriagan de “Poder”.
¿Es nostalgia lo que siento?... Cuanta belleza perdida de otros tiempos, es la emoción ardiendo en las entrañas que me empuja a este dulce sentimiento, a esta mezcla de sabores, alegría y tristeza a un mismo tiempo, dulce sortilegio…
Muere el sol por el horizonte, y como quien en su agonía final, se resiste a dar el último suspiro, ofrece aún con más fuerza si cabe, sus últimos rayos,cálidos e intensos, aletargados sobre aquellosgigantes rocosos, que bastos pero bellos en su forma, despliegan, cual paleta caótica del pintor enloquecido, un sinfín de colores, tonalidades verdes, brillantes naranjas, suaves amarillos, grises tristes, y siempre ahí, el azul…, inmenso, sereno, en fin, la vida en todos su sentidos.
Leo mis últimas palabras en voz baja, procurando emitir el menor de los sonidos, por miedo, a ser yo, quien rompa tan hermoso silencio.
El primer día, nos sumergimos de pronto, y tras un paseo hasta adentrarnos en la vieja muralla, en una marabunta de coches, motos con conductores sin cascos, y bicis con manillares en sentido contario, a la cual, nos costó en un primer momento atrevasar. Tras cruzar, nos envolvio la calle, la gente, las motos y mulas, los vendedores de pasas, higos y orejones, todos aquellos olores... Caminando, hasta darnos cuenta, que la ola de gente nos llevaba consigo, sin dirección ni rumbo fijo... Aparecimos a la gran plaza, con el calor sofocante..., pero ahí estaba ella, a pesar del agobiante fuego del sol y la hora, llena de vida... de música y olor, y ahí estabamos nosotros, torpes, ensimismados, atras en otro tiempo, dentro de algún cierto cuento, que, aunque caótico y desordenado, atrayente y persuasivo, practicamente mágico...
Un instante de locura, alborotado el ambiente, dos susurros frente a frente, dos almas que se mezclan, las risas y los brebajes, la música envolvente…
Pasos acompasados como aproximándose, miradas discretas que se desvían a un millón de posavasos, y ahí los colores, blanco, fuxia, azul, verde… verde siempre ahí el verde devorándome, intimidándome, acercándose, a paso lento cruzando el límite hacia el espacio vital..
Incremento del susurro interno, escapando las sensaciones atrapadas, aceleradas con cada tic del tiempo, siempre ahí el verde envolviendo cada sentimiento, en un instante se rompe el silencio pactado… desvaneciendo cada persona, un eco de carcajadas, el humo disperso, los latidos de la música extorsionando nuestros oídos… deteniéndose el tiempo, tres segundos eternos como en un sueño, al cuarto siempre ahí el verde encontrándome de nuevo atrayéndome a su delicioso universo, atrapándome en el tiempo… ;)
Chocolate, y pan el aroma de mi niñez, libros y cuentos, palabras suspendidas entre las cuatro paredes de una clase, el olor a café en la casa, los aromas del pasillo, la única preocupación, el deleite de manjares no complacientes a mis papilas gustativas, pero siempre ahí los olores...
Las texturas y sabores, mientras ordenaba las estanterías de libros de mi escritorio, recordaba sus colores, sus imágenes, el sabor de cada historia, el olor de sus páginas impregnadas en la memoria.
Aquellos viajes interminables al centro de la tierra, o a la luna, si por el contario decidías no conocer a Jack y pasar a la página 24. Y ahí entre tantos barcos de vapor, mi primer libro, atípico, diferente a todos, no solo por su forma cuadrada y sus grandes imágenes, sino por ser el preludio de tantos sueños impresos. Pulgarcito, recuerdo sus ilustres dibujos, fotogramas grabados en la mente y su historia en la tapa trasera ofreciéndose al hozado narrador dispuesto con su voz a sumergirnos en un mundo nuevo.
El olor a chocolate, las tardes de nutella y las cucharadas de leche condensada, leche en polvo… los juegos en aquella calle, alguna que otra tarde buscando las llaves, robando pañuelos, tizas en el suelo números de colores…
Desde aquella altura, todo era inmensamente GRANDE Y FASCINANTE, los problemas siempre más pequeños…diminutas pasas que salpicaban el queque del desayuno, fastidiando desde nuestro punto de vista una textura esponjosa y ligera…
Nostalgia…de quien pasea por aquellas calles, paso tras paso dejando detrás con cada huella cada segundo del tiempo…
Hoy toca, sí, llevo tiempo pensándolo, rondándome la cabeza… cada vez que paso y los veo ahí sentados, con el cigarrillo entre sus dedos, el fleco hasta los labios, ahí, absortos en una burbuja, indiferentes, impasibles, inconscientes, sumergidos en conversaciones irrelevantes, creyendo que lo saben todo y aún no se han enterado que no saben nada de nada…
Usan gafas rayban, y pitillos ajustados, all stars y en los últimos tiempos vans, son fashion victims renegados, indies hasta la médula pero desconocen su auténtico significado, son punketas porque lo marcan las pautas de las revistas que corren a comprarse, pero no durarían ni tres segundos en un concierto de pennywise..
Juegan con la tentación, sin saber que es ella, la que juega con ellos, buscan el riesgo sin conocer el peligro y se dejan arrastrar al borde como marionetas de circo…
Si señores y señoritas, hablo de esos, niñatos, los que me encontré hace poco rodeándome en un concierto del que hace apenas 8 años jamás me hubiese encontrado en el mismo lugar y bajo la misma influencia músical, y porque no decirlo me vi envuelta entre “grupis” de 15 años, de las cuales más de una hubiera parecido mi hermanita mayor.
Hey Ho Let´s Go por bandera en una camiseta, un “i wanna be sedated” se lee en sus mentes, sin saber que fueron ellos, los mismos de sus camisetas los que lo propagaban. Dicen sentirse rebeldes, por soñar a base de porros entre horas tras la puerta de un baño, por saltarse las clases día tras día, porque no es justo que la de lengua les castigue sin recreo por tanto uso de la susodicha y no precisamente para alegría poética de algún interino…
Pierden la inocencia por el camino, que fue del roce de manos a escondidas, de los besos tras las pantallas de cine, de las notitas de los pupitres, y vale que tampoco fuéramos tontos pero siempre preferimos la inocencia, el mayor disfrute del descubrimiento a largo plazo y del poco a poco… de la sensualidad de lo insinuante, y el erotismo de las pocas palabras…
Se creen sin dudarlo, unos privilegiados del “goce”, porque lo conocen todo sobre las reacciones y relaciones corporales, pero no serían capaces de experimentar mas allá, de abrir su conocimiento, porque en realidad lo desconocen, porque no es el momento, porque aunque no lo sepan son unos Ignorantes del PLACER…
El día que el silencio inunde la habitación, que la respiración lenta marque el tiempo y el ritmo, que los sentidos quieran expandirse cada vez más intentando no dejar escapar cada percepción de la piel… los ojos perdidos en las miradas, entonces sentirás ser grande, gigante… el día que descubras que el instante de ese roce haga desaparecer al resto del mundo, descubrirás que las piezas encajan a la perfección formando una sola, mires por donde lamires…. Y es que el Placer es cosa de adultos…
Y sí, yo también tuve 15 años y también creí ser rebelde por sublevarme contra unas señoras de negro, que me impidieron formar mi murga en el festival de carnaval, y aunque también era frágil, preferí ser yo misma elegir lo que me gustaba y no lo que me dictaban, y aunque muchas veces dude de si no seguir a la multitud no me arrepiento de ser fan del poco a poco y con buena letra...
"A free for all, Fuck ‘em all, you are your own sight…. Down with the moral majority, cause i want to be the minority..."
Lo peor es empezar, siempre empezar de nuevo, empezar de cero, tener la fuerza suficiente para volver a coger las riendas, y no soltarlas, para dirigirlas hacia un camino u otro, y ¿a que tenemos miedo? Acaso no habremos caído ya suficientes veces.. Miedo a morir de miedo, miedo a volver a encontrarnos con nosotros mismos, y no conocernos, miedo a emprender el vuelo por enésima vez y caer al suelo…el miedo nos encadena, nos encierra, nos tapa los ojos y la boca, nos invade nos come, el miedo nos limita el verbo vivir, el miedo nos mata…..
y para que el miedo….
Si en la vida el único riesgo que hay es no arriesgarse jamás…
